jueves, 12 de enero de 2017

Misión Houston (II)


Cada año se repiten las voces que claman por más partidos de temporada regular y más cupos de playoffs y asimismo, cada año la realidad demuestra que nada de eso es necesario. Bajo el actual formato de 16 partidos regulares por cada equipo y 12 plazas de postemporada, está comprobado que la competición de la NFL es saludable y nivelada, aún si hace más de una década se están dando casos de equipos en playoffs con rendimientos de 50% o peores.

¿Qué ocurrió en la reciente ronda de Wild Card? los cuatro partidos ya estaban decididos antes de llegar al último cuarto y la media de puntos de margen fue de 19.0, la más alta desde que se agregó esta instancia en 1990 y la mayor en cualquier etapa de playoffs desde 1981. Una tendencia que se repite cada año es ver a un equipo que pierde por amplio margen. En esta ocasión, se dieron dos casos así: los Detroit Lions perdieron por 20 puntos (6-26) en su visita a los Seattle Seahawks, cerrando su temporada con cuatro derrotas consecutivas, mientras que los Miami Dolphins cayeron por 18 (12-30) en la casa de los Pittsburgh Steelers.

Los Lions terminaron sintiendo la lesión de Matthew Stafford, quien bajó su productividad en las últimas semanas y con ello, decayó toda la unidad ofensiva. En tres de los últimos cuatro partidos, Stafford no lanzó un solo pase de touchdown. Eso explica mucho. El caso de los Dolphins es diferente, pues ya tenían algunas semanas jugando con su mariscal suplente Matt Moore. Encima, temprano cayeron en desventaja la cual nunca pudieron revertir y para peor, Jay Ajayi no fue factor (33 yardas en 16 acarreos). Habría que agregar también a los Oakland Raiders, cuya temporada prácticamente murió hace casi tres semanas, cuando se lesionó Derek Carr. Muy poco tiempo para encontrar un plan alternativo y eso se notó. Su ofensiva, muy potente a través del año, fue más bien inofensiva ante los Houston Texans quienes los dominaron con su defensa.

Entre lo destacado del fin de semana pasado, se encuentran los Green Bay Packers quienes sumaron su séptima victoria consecutiva, 38-13 ante los New York Giants y llegarán con todo el ímpetu a su favor para enfrentar a los Dallas Cowboys, el próximo domingo. Aaron Rodgers puede sufrir capturas en cada partido, pero siempre se las ingenia para evadir rivales y buscar la mejor opción posible. Completó el 62.5% de sus pases, sumó 362 yardas y cuatro touchdowns, uno de ellos al finalizar el segundo cuarto, donde se jugó con un Hail Mary que cayó directo en las manos de Randall Cobb. Desde el 3 de diciembre de 2015 hasta la fecha, Rodgers ha logrado tres pases de esa especie... ¡Tres en poco más de un año! algo sin precedentes en la historia de la liga.

Un factor común en los triunfos de los Seattle Seahawks y los Pittsburgh Steelers fue la alta dosis terrestre que aplicaron ambos equipos. Thomas Rawls corrió 27 veces (su mayor cantidad en un partido de esta temporada), sumó 161 yardas y anotó en una ocasión, ayudó sustancialmente a que su equipo controlara el tiempo de juego y con ello el partido, que fue dominado por el equipo de Seattle. En total, corrieron 38 veces y lanzaron 30. Pensando en su venidera visita a los Atlanta Falcons, esta receta podría ser muy recomendable, primero para establecer su ritmo de juego y también, en teoría, para mantener fuera de la cancha a la ofensiva de los Falcons, una de las más prolíficas de este año.

En caso de los Steelers se notó aún más la producción por tierra. Leveon Bell corrió 29 veces, totalizando 167 yardas y un par de touchdowns. Considerando la lesión de Ben Roethlisberger, una alta y eficiente producción de su corredor podría ser clave para su próximo partido frente a los Kansas City Chiefs, cuya defensiva permitió 121.1 yardas corridas por partido, el séptimo peor promedio de la competición. Por cierto, en el duelo de temporada regular, jugado el pasado 2 de octubre, Bell corrió 144 yardas frente a los Chiefs. Una fórmula clásica pero muy útil en el tramo más complejo de la temporada.

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